Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 20:55
Los seis años de edad me sorprendieron viviendo en una ciudad construida en medio del desierto. La casa de Torreón era antigua, de adobe, con acabados sencillos, pero muy completa. El techo era de terrado, y como estaba al pie de uno de tantos cerros áridos que rodean la ciudad, la pendiente permitía que nos pudiéramos sentar en el pretil superior de la parte trasera; pues los cuartos de atrás habían sido cavados en el cerro.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 19:57
Desde mis tiempos de estudiante, un viejo maestro nos enseñó que la soberbia personal entre algunos padres de familia, jamás les permitiría reconocer mérito alguno para el profesor de sus hijos. Si el niño tenía altas calificaciones, dirían: _“es que en mi familia todos hemos sido muy brillantes. Desde los abuelos de mi hijo, siempre hemos tenido las mejores calificaciones...” –Pero si el niño resultaba de bajo aprovechamiento, despistado, rebelde o hasta majadero, eso era
harina de otro costal... ¡El profesor tenía la culpa...!
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 19:55
MURCIÉLAGO CRUCIFICADO
Quizás usted cuando era niño vio la incomprensible escena de un murciélago agonizando, clavado por las puntas de las alas y las extremidades en alguna tabla o una puerta. Antiguamente, se creía que este animal traía mala suerte si se introducía a una casa y esta era la única forma de conjurar el mal que con él había entrado.
SERPIENTE DE AGUAS
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 19:51
La medicina nativa, es el resultado de miles de años de observación sobre algunas enfermedades y sus remedios.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 19:50
Rebozo, rebozo de Santa María. Mestizas que bailan llenas de alborozo... -Esta es una canción que nos pinta un cuadro ya desaparecido; aquellos tiempos cuando para el hombre era indispensable el sombrero, y para la mujer una prenda que le cubriera la cabeza y los hombros. El hombre sin sombrero no era hombre; y si lo usaba, sería un insulto mortal pedirle que lo prestara. La mujer sin rebozo o chal luciría como una mujer de mala vida.
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