El achiote es un colorante y sazonador sabrosísimo en la carne de pollo aunque también se usa en carnes de borrego, ternera y demás carnes suaves. Pero el achiote fue una planta tropical muy usada por los mayas y aztecas desde tiempo inmemorial, en aplicaciones medicinales y de otro tipo.
Como sazonador, la receta es hervir las semillas de esta planta para luego dejarlas reposar en la misma agua durante dos días. Luego, se cuela y se deja reposar hasta que el sedimento se asiente. Listo. Ya está la sustancia colorante que tuvo usos diversos.
Para los combates, los guerreros se pintaban con achiote de rojo el cuerpo para amedrentar al enemigo. Se lo aplicaban también porque era un muy efectivo repelente contra los mosquitos; algunas veces, se lo aplicaban junto con una resina para barnizar de rojo su cuerpo y luego, aplicaban pelusas y vellos de plantas para que quedaran a manera de medias protectoras contra los millones de mosquitos que los atormentaban.
El achiote se usa para colorear guisos, tamales, quesos y otros alimentos tradicionales; pero con él se colorea también lana, algodón y seda. Tiene también uso cosmético ya que con él las mujeres se pintaron labios y mejillas.
Como medicina, con el achiote se combate la disentería, la inflamación del aparato digestivo; la pasta mezclada con aceite, se aplica a las quemaduras; y las hojas maceradas en agua, producen una sustancia gomosa que tiene propiedades diuréticas -en caso que no puedan orinar- ; tiene aplicaciones purgantes y es cura efectiva para enfermedades de transmisión sexual.
Tan variada aplicación del achiote, y nosotros nos quedamos sólo con una: su uso en la cocina. ¡Qué rico es saborear el pollo en achiote junto a una sopa de arroz y el refresco de su preferencia! Disfrútelo y no piense en guerreros teñidos de rojo ni en familias pintadas de achiote para combatir los zancudos. Olvídese de su aplicación médica y en la antigua industria textil...
¡...Y buen provecho!
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