Hay una planta por los montes de México; terrenos baldíos, secos, rocosos, llamada el cardo del burro, el cardo mariano o cardo lechero. Su aspecto es parecido a la amapola silvestre, de apariencia agreste, de hojas acabadas en puntas espinosas y flor de un rojo casi chedrón.
Esta planta tiene una leyenda: La historia dice que las nervaduras blancas de sus hojas deben su color al hecho de que sobre esa planta cayeron tres gotas de leche de la Virgen María una vez que amamantaba al Niño Jesús a la orilla de un camino. Por eso, se decía que comida en verduras o guisos, servía para enriquecer la leche de las madres que estaban criando un niño y era en la antigüedad muy usada por las jóvenes madres.
En un libro de Herbolaria del Siglo Primero, Plinio el Viejo dijo que servía también para curar la bilis. Sin embargo, esta planta es de origen Europeo y Mediterráneo pero fue traída a México como planta de cultivo y esta se hizo silvestre y hoy se ve por todos los montes creciendo generosa y libremente.
Se dice que el cardo mariano o cardo lechal sirve para abrir el apetito y facilita la digestión. Su consumo ayuda a regenerar el hígado a todos los que han sufrido en cirugía el corte de una porción de dicho órgano; se dice que cura la hepatitis, cirrosis hepática y el envenenamiento por algún tipo de hongo y otras intoxicaciones y males del hígado.
El cardo mariano ha decaído como remedio en estos tiempos en que la medicina de laboratorio y la producción industrial de medicamentos ha hecho que se pierda el conocimiento tradicional de los remedios que generosamente se ofrecen gratuitamente en la naturaleza; pero afortunadamente, existen aún miles de hombres y mujeres que practican la medicina naturista y sostienen el conocimiento ancestral, que algún día ha de volver, gracias los medicamentos que se encarecen tanto, hasta hacerse inalcanzables para la gente sin dinero para comprarlos.
El cardo mariano o cardo lechal es un remedio que se usó en tiempo de nuestros abuelos, que se usa en varias regiones del país y del mundo; pero usted, que vive en un medio que cuenta con todos los servicios médicos, desde este espacio siempre le aconsejaremos: si tiene dinero, mejor consulte a su médico.
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