Por nuestros campos es muy común ver una planta llamada diente de león. Es verde, pequeña, da flores amarillas y sus hojas son de orillas aserradas que forman como la puntiaguda dentadura de un felino; de allí viene el nombre: diente de león.
Cuando las flores se secan, queda un copo de pelusa blanca en su lugar; y cuando el viento sopla, las semillas vuelan pegadas a un racimo de pelusillas que brillan bajo la luz del sol. A esto se debe que nadie se ocupa por cultivar el diente de león; pues solas las semillas se esparcen al viento y prenden por aquí, por allá; y se les ve germinando por todas partes.
El diente de león tiene más de cien tipos; todos son benéficos. Esta planta se prepara en té, se machaca para extraer el jugo, se pueden comer las hojas en ensaladas y también la raíz se puede preparar en cocimiento. Lo más medicinal es el jugo del tallo y hojas.
Su sabia lechosa quita verrugas, callos, cura llagas y alivia el dolor en las picaduras de abejas. Es rica en vitaminas B, C y E. Cura males del hígado como la cirrosis, aumenta la producción de bilis, cura los males de la vesícula, el páncreas, riñones, estómago, bazo y purifica la sangre, pues combate la anemia.
La hoja seca se prepara en té para combatir el estreñimiento. Es diurética para aquellos que tienen dificultades para orinar y dota a la sangre del mucho potasio que se pierde en la orina.
Cura la alta presión, dolores reumáticos y artríticos y usada regularmente, devuelve la elasticidad a las coyunturas endurecidas por la artritis.
La única recomendación es que no la usen aquellos que tienen tapados los conductos biliares pues hace que la bilis produzca más líquidos de lo normal.
Pero la higuera es un frutal muy buscado porque resiste las zonas áridas y nos da dulces y jugosos frutos con los que también, tradicionalmente se han fabricado dulces, como en Lampazos de Naranjo, Sabinas, Hidalgo y Candela, como una herencia española.
La medicina nativa, la medicina tradicional, tiene fundamentos; por eso la medicina botánica es la madre de todo tipo de medicamentos que conocemos en nuestro tiempo. Como quiera, si vive usted en un lugar con las comodidades y atenciones de salud de una ciudad grande, siempre le recomendaremos: Mejor... consulte a su médico.
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