El Diablo existe en la tradición de todos los pueblos y hasta se ha convertido en un personaje folklórico con sus mil representaciones. El ícono, la imagen a la mexicana, es el personaje de cuerpo rojo, con cuernos, orejas puntiagudas, cuernos pequeños, cola terminada en punta de flecha, una pata de cabra y una de gallo. El Diablo es representado en la Pastorela mexicana –obra de teatro religioso y popular-, hasta con tintes humorísticos en su eterna lucha con San Miguel. Según la tradición europea, su imagen es la de un hombre mitad cabra y con retorcidos y grandes cuernos.
El Diablo es el “otro yo” negativo de Dios; el Bien frente al Mal; la existencia de uno se justifica en la del otro. Dios y el Diablo son una dualidad necesaria y la falta de uno ya dejaría sin causa al otro.
Es el Diablo un personaje en la lotería y en México hasta gritamos con júbilo: ¡buenas con el diablito! Así..., con cariño... “El diablito”, sólo una imagen inofensiva...
El Diablo, el Chamuco, el Chicuco, el Cuco, el Coco, el Demonio, el Pata de cabra, el pobre Diablo... El Diablo parece que ha dejado de ser el personaje terrible que amenazaba a cada paso nuestra vida. Sin embargo, para las religiones, el Diablo no ha dejado de ser lo que es y lo que pasa, es que los pueblos están perdiendo religiosidad y ocupados en otras cosas, el Diablo ha dejado de preocuparles para reducirlo a sólo una estampa de la lotería; pero... ¿el Diablo existe? Y si existe: ¿cuál es su imagen real? ¿Será como lo pintan?
En el folklore de los pueblos hay mil historias de encuentros con el Diablo. Hasta surgen personajes ingeniosos que tienden trampas al Chamuco, como aquél que le pidió riquezas a cambio de que mañana se llevara su alma. Al otro día el Diablo llegó y descubrió que todavía no era "mañana..." Hay un cuento llamado "Los tres pelos del Diablo", que representan los tres deseos que han de pedírsele. La literatura argentina tiene el cuento de "Miseria" –que podemos encontrar en la trama de de “Don Segundo Sombra” de Ricardo Güiraldes-. “Miseria”, es un anciano que le tendió tres trampas al demonio y está también el cuento de "Fausto," donde el Diablo pierde el convenio ante la fuerza del amor.
Tal vez para usted el Diablo sea solamente una figura folclórica, quizás sea un ente infernal; en cualquier caso, lo mejor que podemos hacer es tomar con reservas su figura y su existencia, y seguir con nuestra vida…
Por los caminos de Dios...
Norestense fue desarrollado en Drupal