El mezquite es muy común en las zonas semiáridas de nuestro país; nos hemos familiarizado tanto con él, que lo vemos sólo como un árbol más en el paisaje. Pero según la medicina nativa, los indios lo utilizaban para curar múltiples males. Hoy todavía, los pimas de Sonora, usan su goma diluida para curar irritaciones en los ojos y lavar las heridas. Los aztecas usaban sus hojas tiernas también para curar malestares en los ojos.
El té de hojas y el de corteza, se usan para curar la diarrea y la gastritis. En gargarismos, para curar males de la garganta, y en lavados, para heridas leves.
Uno de los productos más preciados del mezquite, es su goma; una masa traslúcida, color ámbar y un poco dulce. Es igual a la llamada goma arábiga que desde África y los países árabes se exporta por toneladas a los Estados Unidos para la industria farmacéutica, para preparar soluciones para la cura de todos los males ya señalados y como masa unificadora para los comprimidos; amén que también tiene aplicaciones para la industria alimenticia.
Los indios usaron desde hace veinte mil años sus vainas. Las recolectaban bien secas, las comían así, o las molían preparando una harina que les serviría de alimento por una gran temporada del año. El fruto del mezquite actualmente tiene una gran demanda como forraje, que es el uso más modesto que se le pueda dar.
Así pues, como alimento, como medicina, como sustancia de laboratorio, como materia de exportación, el humilde mezquite es cultivo precioso para países árabes y africanos. Para nosotros, es un elemento muy apreciado en nuestro paisaje, aunque en los pueblos y medios rurales, se sigue usando como un remedio más de la medicina nativa, herencia de nuestros abuelos.
Y usted, mejor: consulte a su médico.
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