Este refrán nos enseña que nadie debe asustarse de la vida ajena. Los hombres, cada cual en su circunstancia, en la vida que le tocó vivir, vive y actúa de acuerdo a su muy personal situación; y como en el tiempo la vida da muchas vueltas, mañana o pasado la vida puede ponernos en circunstancias iguales y entonces, hemos de recordar todo aquello que criticábamos y hoy nos vemos obligados a hacer.
Podremos alegar que fue la soledad la que nos empujó; podemos decir que somos víctimas; podemos buscar razones que laven nuestras culpas pues “el mal siempre trata de justificarse”; pero al fin de cuentas, hemos de descubrir que “las torres más altas se caen” y el hecho que yo no tenga necesidad de hacer lo que otros hacen, no me da derecho a juzgar la vida ajena porque mañana mi situación puede dar una voltereta y entonces, recordaré todo aquello que me asustaba y hemos de caer en la cuenta de que...“La vida es como la casa del jabonero, aquí el que no cae resbala...”
Así también, hay muchos dichos populares muy festivos que tan solo al pronunciarlos los rostros se iluminan con una sonrisa; pero hay otros, los refranes profundos, que nos invitan a la reflexión, que encierran una lección que muy útil ha de ser en nuestra vida. Hay uno de origen bíblico que reza: “No juzgues, si no quieres ser juzgado”. Este refrán nos recuerda, en otras palabras, que “no hay que escupir al cielo porque nos cae en la cara”, o como dicen otros: “no escupan contra el abanico”. Pero hay gente que se siente “la medida de todas las cosas”, se sienten la medida del hombre y hasta se creen un ejemplo de rectitud que si bien pueda ser cierta, sin embargo, esto no les da autoridad para erigirse como jueces de sus semejantes; pues como dice el refrán solemne y sentencioso: “Con la vara que midas, serás medido”.
Pero a pesar de todo, las viejas de los pueblos seguirán criticando todo sentadas tejiendo tras las ventanas; y a pesar de que se les llame a recapacitar en que los demás no son tan malos o criticables como ellas lo creen, se defenderán con otro dicho vil que reza: “Piensa mal y acertarás”.
Los dichos y refranes del pueblo son gotas de sabiduría popular que, muchas veces, contienen en ellos mismos el contraveneno, la respuesta a lo que dicen otros; pero debemos tomar en cuenta sólo aquellos que alguna buena lección de vida tienen para nosotros.
Y recuerda: No juzgues si no quieres ser juzgado; pues con la vara que midas serás medido...
Norestense fue desarrollado en Drupal