Con motivo de la víspera de Navidad, aprovecho la oportunidad que me da el tener este espacio para saludar a todos los lectores de norestense.com
La Navidad en México es una época de ternura constante pues nos sentimos invadidos de nostalgias, de recuerdos de una infancia que fue endulzada con el amor de unos padres que por estos días nos enseñaron el Misterio del Nacimiento del Niño Jesús y nos rodearon de historias tiernas de humildes pastores y reyes visitando el Portal de Belén para presentar sus respetos y amor al Dios Niño. Y durante la Noche Buena nos ponían junto al Nacimiento algún regalo para llenarnos de alegría.
No sólo nuestros padres, la sociedad nos rodeó también de fiestas religiosas como las Pastorelas y Posadas acompañadas de piñatas, bolsas de dulces, comidas y bebidas propias de la época como tamales y champurrado; fiestas donde hasta los niños más pobres vivían el amor de Dios porque es una época de compartir y darse a los demás. Y hoy, nosotros enseñamos a nuestros hijos a seguir esta tradición.
Deseo que la ternura de la Navidad perdure en sus corazones los 365 días del año 2010.
¡Muchas gracias por su preferencia, a nombre de Rafael Olivares Ballesteros!
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