Si a usted está enfermo de un “mal puesto” y le dicen que necesita buscarse un hipericón, no se asuste, lo que le están pidiendo es que se busque una ración de la hierba de San Juan que es el nombre más popular de este remedio tradicional.
El hipericón o hierba de San Juan, es llamada la planta de los conjuros porque desde tiempo inmemorial se le han atribuido poderes sobrenaturales. Los antiguos griegos creían que su aroma alejaba a los malos espíritus y esta creencia persistió hasta la Edad Media; aunque los primeros cristianos consideraban al hipericón un símbolo de San Juan Bautista, ya que florece alrededor del 24 de junio, “el mero día de San Juan...”
Esta planta puso sus ramas al servicio de los exorcistas pues se usaba y se usa para barrer y bendecir el cuerpo enfermo, para curar a los posesos, y mucha gente llevaba encima una ramita bien doblada, o unas cuantas hojas en una bolsita, como talismán guardado en la bolsa del pantalón o colgado al cuello para alejar las brujerías.
Pero la hierba de San Juan tuvo desde siempre propiedades medicinales; se usaba para tratar las llamadas “enfermedades del alma” como la melancolía, la tristeza y hasta la locura. Esta hierba -en cocciones- se ha usado tradicionalmente para curar heridas, reducir inflamaciones y moretones. Aplicada en cataplasmas y lavatorios, para tratar con algún éxito la tuberculosis y afecciones respiratorias; pero, ¡cuidado!, la ciencia ha descubierto que su uso es riesgoso porque contiene hipericina, una sustancia química que intensifica las quemaduras del sol entre las personas de piel clara.
La hierba de San Juan es originaria de Europa y llegó aquí con La Conquista, cultivándose en jardines y patios proliferando a terrenos baldíos y luego a montes aledaños. La hierba de San Juan se puede ver por nuestros montes creciendo a unos sesenta u ochenta centímetros de altura, con sus numerosas flores amarillas meciéndose al viento por los días de junio.
El hipericón o hierba de San Juan es uno más de los remedios caseros que nuestras abuelas usaron en el pasado y aquí, en este espacio recreamos los usos y costumbres que se están yendo con el tiempo; pero siempre les aconsejaremos: Si tiene acceso a la medicina moderna, mejor...
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