No hay té más usado y delicioso en la tradición mexicana, que el rico té de manzanilla. A nadie le cae mal un tecito caliente a cualquier hora del día porque siempre es bien recibido por nuestro estómago ya que es muy benigno para nuestro sistema digestivo.
Pero aparte de que lo disfrutamos, es siempre recomendado por las abuelas y los mismos doctores para darse a los bebés y niños de cualquier edad y con ello evitarles los molestos cólicos que los hacen llorar día y noche. Un poquito de manzanilla les asienta el estómago, les previene o les calma las molestias digestivas y así, desde pequeños nos acostumbramos a sus bondades.
Otro uso de la manzanilla es para lavar infecciones, y aunque se recomiendan más hierbas para esto, en las infecciones y molestias superficiales de los ojos, es sólo la manzanilla la que se usa. Con ella se lavan los ojos de un niño o adulto de las molestas legañas, de la acumulación de grasas y mugre en estos delicados órganos. Así se previene la carnosidad y las infecciones de temporada como la conjuntivitis. Algunos prefieren tratamientos más salvajes como las gotas de limón, pero la noble manzanilla ni lastima, y sí es lo más eficiente que existe y muy al alcance de su mano.
Hay una condición que no muchos saben: la planta es deliciosa y agradable por su aroma y sabor; pero para fines medicinales, es sólo la flor la que es efectiva. Así que, cuando quiera aplicar la manzanilla como remedio, recuerde sólo hervir las flores.
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