Don Braulio es el guardia que cuida la puerta de la Prepa 16. De unos cincuenta años de edad, nos muestra su estirpe popular y seguido nos da consejos sobre curas naturistas de nuestras enfermedades. Así, cuando me oyó toser, enseguida me recomendó tomar “un té de diez hojas de eucalipto, con cinco flores de bugambilia del color más fuerte, endulzado con miel de panal”. Si no quería esta receta, entonces podía preparar “un té a base de cebolla, pero tenía que ser morada, porque para la tos ni cualquier bugambilia, ni cualquier cebolla”.
Y allí tenemos una muestra del alma popular, de cómo el pueblo se nutre a sí mismo de la sabiduría herencia de nuestros ancestros. Puede que despreciemos este tipo de conocimientos; pero recuerde lo que dijo Enstein, el padre de la bomba atómica, “Yo no sé como sea la tercera guerra mundial; pero la cuarta será con piedras y palos”. Es decir, el hombre puede volver al mundo primitivo; y cuando el hombre vuelva a los montes porque destruyó la civilización, tendrá que regresar al origen y echará mano de la medicina nativa, que hoy los hombres de ciencia desprecian.
Hoy vamos a hablar de la Ruda. Dice la canción “El Yerberito” que canta Celia Cruz: traigo la ruda, pal’ que estornuda... La ruda, desde hace dos mil trescientos años se usó como remedio a muchos males.
1.- Como servía para conservar la vista, los pintores y escritores la consumían en grandes cantidades.
2.- En la Edad Media, los herbolarios la recetaban como antídoto contra varias clases de venenos como los hongos, las víboras y otros animales.
3.- Por su fuerte olor, se creyó que alejaba las plagas y epidemias. La gente salía a la calle con una ramita de ruda para rechazar los piojos que por aquel tiempo abundaban.
4.- Se creyó tanto en la ruda, que se le dieron propiedades mágicas y se usó como hisopo en las iglesias para rociar el agua bendita.
En América se usó para combatir dolores de cabeza, regularizar el flujo menstrual, como abortivo y para combatir las lombrices y otras plagas intestinales. Una de las más serias recomendaciones, es que las mujeres embarazadas no deben probar la ruda de ningún modo.
Pero la ruda, igual que la albahaca, el ajo y la sábila, es famosa por sus propiedades mágicas; si en la antigüedad se le usó para alejar las plagas, hoy se le usa todavía para espantar los malos espíritus, y es muy común verla por los patios y sobre todo, a la entrada de un hogar o de un negocio.
Y usted… ¿Tiene ya en su casa una maceta con su planta de ruda…?
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