El pueblo mexicano es aficionado a las infusiones, o sea, a los tecitos. Según los abuelitos, cada té es un remedio; pero muchos de ellos se tomaron como refresco o como bebida caliente para acompañar los alimentos, o simplemente para acompañar un pensamiento.
Uno de los tés más socorridos era la salvia. La salvia es originaria de Europa y fue traída por los médicos y curanderos naturistas durante La Colonia. Fue reconocida por indígenas y mestizos, y pronto se empezó a cultivar en el campo particular de cada hogar.
Se le atribuyen propiedades milagrosas; por ejemplo, se dice que el rey de Francia, Luis XIV, bebía todas las mañanas dos tazas de salvia porque sus médicos particulares se la recomendaban para una buena salud. Luis XIV vivió 77 años, una edad muy avanzada para aquella época. La salvia tenía un prestigio muy antiguo; los latinos la bautizaron, “salvia”, que significa: “la que salva”. Los médicos griegos le dieron propiedades diuréticas (para estimular la orina), pero también para afecciones femeninas, como un sangrado excesivo; y por el contrario, si se retrasaba el ciclo menstrual, un extracto mezclado con vino favorecía el fiel cumplimiento del ciclo.
A la salvia se le dieron mil virtudes: para aliviar cólicos, para la disentería, para bajar la fiebre, para expulsar parásitos, prevenir ataques epilépticos, calmar ataques de locura y calmar las crisis asmáticas. Los doctores de la antigüedad decían: _ “¿De qué puede morir un hombre que tiene en su huerto salvia, si no fuera porque no hay remedio contra la muerte?”
Bueno, la primera razón que dan los herbolarios es que la salvia fortalece la sangre; y eso garantiza que quien la tome como acostumbran en muchos pueblos, tendrá unas defensas fuertes contra los males que acechan al hombre. Para las abuelas, no había hábito mejor, que acostumbrar el tecito de salvia en la cena o en el almuerzo; si era a medio día: se servía con hielos como refresco.
El cambio que viene con cada generación nos hace diferentes, no mejores unos a otros. Tal vez ese cambio en la alimentación es lo que ha traído padecimientos que tempranamente se presentan en los niños: la obesidad, la temprana diabetes, las alergias, el asma bronquial, hasta la gastritis y la colitis que no se veía más que en gente adulta. Hoy, en vez de salvia, se toman una fatal coca cola.
La salvia es un hábito saludable que vale la pena cultivar en nuestros hijos. Con ello las madres producirán más leche, los niños no padecerán gases, nerviosismo, fiebres y hasta se podrán lavar heridas y raspones.
Y usted… Como herencia de sus padres, ¿tiene en su patio una buena planta de salvia?
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