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LO BAILADO QUIÉN ME LO QUITA...

Antiguamente, la mayoría de las muchachas difícilmente obtenían permiso para asistir a una fiesta que no fuera de invitación familiar. Se veía muy mal que anduvieran de baile en baile, y más si no iban acompañadas de sus padres o hermanos. Como los padres no siempre tenían interés en asistir, entonces invitaban a un hermano menor para que las llevara; si el muchacho no le gustaba porque no sabía ni bailar, ¡pues lo enseñaban...! La cosa era tener quien las llevara a los bailes. Así fue como la mayoría de los hombres aprendíamos a bailar, por el interés de una hermana; que hasta sus amigas nos presentaba.

Algunas veces, la muchacha se escapaba sin hermanos o asistía a escondidas. Disfrutaba de la música, de las parejas de ocasión, y sabía que cuando se enteraran en su casa, le iba a ir muy mal con sus padres; pero se consolaban diciendo: “lo bailado ya nadie me lo quita...”

¡Ese era el asunto! Gozar el momento sin sufrir pensando en las consecuencias antes de que se te vinieran encima. Vivir el ahora, sin pensar en el mañana; que al fin y al cabo: “lo bailado, bailado...”

El anciano disfruta de sus recuerdos y repasa en su mente todo lo bueno y malo que hizo; y muchas veces, piensa que todo aquello formó parte del vivir y que si sufrió o gozó, ganó o perdió, rió o lloró, al fin de cuentas, le fue bien en el baile de la vida y ya lo bailado nadie se lo quita.

Como dice la canción: Cuando tome el solitario camino hacia Dios, cuando cierre el calendario que Él me dio. He de hacerle el inventario de mi vida por aquí; le diré si es necesario: ¡que viví...! Que viví a cada hora, a cada día un nuevo amor; que viví de las mujeres lo mejor. Que viví en nombre de ellas y he llevado siempre en mí la mayor pasión ardiente y frenesí. Si mis cartas credenciales fueran poco para Él, le diré en mi entrevista al tribunal: que he sido un artista y que un santo nunca fui aunque sé que Dios sabría perdonar, como manda a los hombres observar...

“Viví” Canta: Charles Aznavour

Así, en todas partes se escucha este popular dicho: en el baile, en la parranda, en los amores, en los viajes, en los gastos desmedidos; sin pensar prematuramente en la cruda terrible, o en la cruda moral que también duele, y duele mucho.

Gozar, vivir, amar, bailar, cantar, beber; dejar las consecuencias para otro día, que al fin de cuentas...

“Lo bailado, quién me lo quita...”

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