Uno de los males que nos aquejan a cualquier edad, es la halitosis o mal aliento. Siempre ha sido penoso cuando tu interlocutor te dice: “Háblame de lado” Cuando te dice: “Respira por la nariz” O cuando de plano, te avisan que tienes aliento de dragón, que te huele mal la boca... ¡Para vergüenzas no gana uno! Y cuando es tu pareja quien te lo dice, ya no hallas a dónde dirigir tu boca, quieres esconder tu resuello y dices para tus adentros: “¡Trágame tierra”!
Andar de galán placero y tener mal aliento, te pone en desventaja ante cualquier competidor. Andar de enamorado y traer aliento de dragón hace huir a la prospecta a novia, porque tus besos no son todo lo apetecible que tú creías.
Si eres casado, no seas desconsiderado con tu pareja al pensar que ya “amarraste”, que ya “mataste cochino” y ahora te tienen qué aguantar. No. Hay que guardar respeto también para la madre de nuestros hijos que no tiene porqué aguantar callada tu aliento a tabaco, a borracho o a tumba abierta. “No hay qué ser...” Nuestra “media naranja”, también tiene su corazoncito.
Pero, ¿de dónde viene el mal aliento? Puede venir de una falta de aseo bucal que hace que aparezcan sarro o infecciones en la encía que la hagan sangrar en un desagradable mal, llamado “piorrea”
Puede venir también de males del hígado o de una inadecuada alimentación que hace que la halitosis te venga desde el estómago. Esto es más profundo que un simple mal aliento nacido de un escaso aseo dental.
Para combatir el aliento desagradable, primero hay que asear su boca después de cada comida; y si es posible, usar también un enjuague bucal.
Una vez descartado el aseo deficiente, hay que buscar en los males del hígado y el sistema digestivo el origen de los males. Recuerdo que un remedio superficial que nos recomendaban, era chupar o pasear bajo la lengua unas hojas de hierbabuena. Esta refresca y limpia el aliento. Pero hay otros remedios más formales para lo que vamos a recomendar el siguiente:
Prepárese con una taza de hierbabuena, una taza de diente de león, una de menta, una de anís y una de orozuz.
Muela o licúe las plantas y mézclelas hasta formar una masa. Agréguele tres cucharadas de esta mezcla en un litro de agua hirviendo. Apague y deje reposar durante veinte minutos.
Hay que colar esta infusión o té, y tomar tres o cuatro tazas al día, ya sea caliente o frío pues resulta de un sabor delicioso y refrescante.
!... Y listo! En unos días, tomando este tratamiento natural sin descuidar el diario aseo dental y los enjuagues bucales, estará listo para salir a la calle y -cual galán de cine y televisión-, poder hablar boca a boca con su novia o prospecta. Se acabaron los mal disimulados gestos de desagrado; ya no rehuirán a sus besos y podrá ya con más seguridad acercarse y platicar de cerca y de frente con quien usted quiera.
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