Hay muchos tipos de insectos que acechan nuestra piel para clavar su lanceta ya sea para inyectar su veneno, ya sea para chupar nuestra sangre.
Tras las lluvias, nuestro espacio se puebla de zancudos de todo tipo como los anópheles comunes, lo mismo que el de patas rayadas en blanco portador del dengue hemorrágico, o los pavorosos zancudos chiquitos, de panza con rayas amarillas, que pican hasta a través de la mezclilla.
Hay otros insectos como el alacrán, la araña o el ciempiés, la hormiga y el hormigón volador, la avispa o la abeja; todos ellos nos han dejado experiencias desagradables. A mí en lo particular, me han hecho víctima los zancudos, las arañas, las hormigas, los hormigones, avispas y abejas.
¿Quién no ha salido corriendo de entre los árboles por haber topado con un enjambre de abejas o avispas? Si bien de un piquete de avispa no te mueres, no te duele lo duro, sino lo tupido.
Un remedio hubo (hay), muy en uso para el caso de un piquete de insecto: El diente de ajo.
Platicaba mi padrino don José Guerrero, que por el año de 1930 le picó una tarántula patas rayadas mientras andaba con el agua arriba del chamorro realizando un riego en el ejido El 28, en Parras, Coahuila. Se retiró a su jacal y su esposa doña Macaria, le aplicó un emplasto de ajo machacado y lo afianzó con un paliacate. Al otro día, y después de una noche de fiebre, estaba completamente curado si bien perdió la piel en el sitio a causa de ajo.
Pues bien, el emplasto con ajo machacado o con guaco, siempre ha sido el remedio preferido contra la picadura dolorosa de insectos o mosquitos. ¿Qué te picó una hormiga? La abuelita te untaba ajo y este adormecía el lugar de la picadura y el dolor se iba, amén que servía como desinfectante. Y así era con el alacrán, la hormiga, el hormigón, la avispa, etcétera.
Claro que hay de alacranes a alacranes. Pues unos tienen la potencia de una hormiga; pero hay otros cuya picadura es mortal. Hay arañas también de poca posibilidad de daño; pero hay otras como la Capulina o la Viuda negra que matan en horas a sus víctimas y es urgente otro tipo de atención. Sin embargo uno o dos dientes de ajo tomados como cápsulas mientras llega la atención médica es buena elección.
Antiguamente, se preparaba una loción para aplicarse en las picaduras de insectos.
La fórmula es: cinco dientes de ajo, cuatro cucharadas de hoja de guaco bien picado y media taza del alcohol. Se mezclan los ingredientes en un frasco bien cerrado y se deja reposando por dos semanas. Ya cumplido el tiempo de reposo, se menea y se guarda.
Esta loción se puede llevar a días de campo o aplicarse para la ocasión que se presente en la casa. Hay personas de piel tan fina, que hasta un piquete de zancudo les causa gran daño en la piel. Ahí, la loción de ajo y guaco, estará siempre lista para untarse y evitar daños mayores.
Medicina Nativa: Una ventana para asomar a los remedios antiguos; pero si hoy tiene usted servicios de salud a la mano, desde aquí siempre le recomendaremos: Mejor..., consulte a su médico.
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