La primavera se acerca y tras el 14 de febrero, todo huele a amor... Así pues, en estos días de los enamorados, es el amor lo que nos ocupa. El amor: que no se pide, que no se suplica, que no se fuerza, que no se implora ni con gritos ni con lágrimas; porque cuando se da, se entrega generosamente y sin mucho razonamiento. El amor siempre niño que no aprende las lecciones que la vida le da, el amor siempre loco porque no entiende de razones. Pero la magia, la brujería, es el medio para interferir en los objetos, en la naturaleza, en la salud, en los sentimientos de las personas. Así que cuando todo intento falla, la magia pasa a escena.
¿Cómo hacer que dos corazones se unan en un sólo sentimiento? He aquí una de las preocupaciones más comunes entre los enamorados y mal correspondidos. Muchas veces no basta el tratar de agradar, el tratar de acercarse para conquistar lo inconquistable, si la persona objeto de nuestros intentos no se presta. Es ahí donde el hombre o la mujer buscan la ayuda de sibilas, pitonisas o brujas para experimentar hechicerías de toda clase. Una de las formas de provocar una relación y atar la voluntad, es la siguiente.
1.- Con una tela blanca de algodón, se confecciona personalmente una bolsita que se debe coser con hilo rojo. Dentro, debemos guardar un poquito de sal y un trocito de cinta roja. Escribimos en un papel los nombres de las personas que se desean unir, o sea, el nuestro y el de la persona que deseamos conquistar, y lo introducimos también en la bolsita.
2.- De las dos a las cinco y media de la tarde de un viernes, con un seguro, se coloca la bolsita al interior del brassier o al interior de la camiseta; se debe llevar el saquito lo más cerca que se pueda del corazón, tocando directamente nuestra piel durante una semana exacta, en días y horas.
Es probable que en ese tiempo se empiecen a sentir los efectos del enamoramiento en la persona deseada. En ese momento, sin abrirla, se debe tirar la bolsita a un río de aguas limpias, o al mar. Nunca se debe abandonar, olvidar o destruirse. Si no se obtuvo el efecto deseado, el ritual debe llevarse a cabo por otras dos semanas seguidas; pero la persona caerá víctima del hechizo en los brazos que lo esperan.
Superstición aparte, no olvide que la magia de una sonrisa, de una mirada de mujer, son el elixir más poderoso ante el cual, ningún hombre se resiste; y cae uno “como chango viejo” –decía mi abuela-
_¿Cómo que como chango viejo abuelita? –preguntaba yo.
_¡¿Pos cómo cae un chango viejo del árbol?! ¡Ni las manos mete...!
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