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RITUALES Y CREENCIAS DE LA NOCHE DE AÑO NUEVO

La noche de Año Nuevo es abundante en rituales supersticiosos. Por ejemplo: siempre se ha dicho que el Año Viejo es un anciano que se va, y el Año Nuevo es representado como un bebé que llega. Y más todavía: se cree que el Año Nuevo se ve entrar en nuestro cielo como una nubecilla. Algunos dicen que entró del norte, otros que entró por el Sur, el este, o el oeste. Se dice incluso que no importa de donde vengan los vientos, porque el Año Nuevo entra en una trayectoria independiente porque su camino está muy por encima de nuestro planeta; es una nube alargada y muy alta, y su distancia se pierde en las inmensidades del Universo… ¿Qué le parece…?

La tradición de comer doce uvas, una por cada campanada, acompañando cada una con un deseo que ha de cumplirse.

La costumbre de usar ropa interior roja para atraer a nuestra vida el amor, o ropa interior amarilla para llamar al dinero. Es muy común ver los aparadores de las tiendas llenas de prendas de estos colores, ¡y vaya que se venden…! Lo más difícil, es esperar que a lo largo de las doce campanadas, deba voltear al revés dichas prendas. ¡Y todo mundo a correr en busca de un rincón donde hacer el cambio de prenda! ¡No se vale espiar…!

Bueno… “Tres cosas hay en la vida: Salud, Dinero, y Amor”. Yo me quedo con el primer deseo, y lo hago extensivo a todos los lectores; que cuando hay salud, en verdad gozamos de la más grande bendición que Dios nos pueda dar.

Otra superstición es el entrar y salir de su cuarto con una o dos maletas vacías. Cada salida representa un viaje placentero que se le presentará a lo largo del año. Y es curioso observar a la gente corriendo, saliendo y entrando con una maleta a la mano esperando viajar mucho en el año que llega.

La mejor tradición es el elevar al Cielo, como una plegaria, nuestros buenos deseos, nuestros propósitos de Año Nuevo, manifestando nuestros deseos de cambiar para bien; y sobre todo, el recuento a veces triste, a veces alegre, de todo lo que hemos perdido; recuerdos que se acrecientan en el abrazo; y mientras decimos: “¡Feliz Año Nuevo!” –es tradicional que a muchos les ganen los deseos de llorar por todo lo que se fue con el año que terminó.

Como sea, la noche de Año Nuevo es plena de tradición supersticiosa, pero la mejor de todas, es el compartir en familia el convivio, la música, los tamales, los buñuelos, los cohetes, y todo aquello que ha hecho tan nuestra la tradición de la Noche de Año Nuevo.

Y usted… ¿todavía no se quita las prendas rojas…?

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