Cuando en el Siglo XIII los reinos de lo que hoy es España, se unieron para rescatar sus territorios de los árabes, también conocidos como “moros”, se dio un problema muy grave de identidad, pues los árabes tenían ya ochocientos años viviendo en aquellas tierras y era ya muy difícil distinguir al moro con raíces verdaderamente árabes y al moro español por derecho de varias generaciones.
El reino de Granada fue el último en caer; pero los orgullosos árabes resistieron en grupos pequeños a manera de guerrilla y confundidos entre la población era difícil detectarlos. Entonces, se dio el evitar que todo aquél identificado como árabe, portara un arma cualquiera; ahí nació el temor constante en aquellos que por todas partes, creían ver “moros con tranchete...” Se daba una voz de alarma por aquí, otra voz de alarma por allá, y generalmente eran falsas alertas producto del miedo colectivo.
Hoy, ver “moros con tranchete” es común en tiempos de histeria colectiva. Cuando los atentados en las Torres Gemelas de Nueva York, ya se comentaba por las calles de Anáhuac aquello de que “dicen que ya explotó una bomba en Nuevo Laredo...” Eso era ver “moros con tranchete...”
En las recientes inundaciones se escuchaba: “Dicen que en una colonia de Estación Rodríguez se ahogó un niño...” Eran moros con tranchete...
Cuando se habla de conflictos y desórdenes sociales donde los manifestantes se enfrentan o sólo han estado a punto de enfrentarse, de pronto ya se habla de que golpearon a un niño o sale por allí el escándalo de una mujer embarazada que fue lesionada. Por allá apedrearon a una persona, por acá una casa, más allá un carro; total, que realmente en ninguna parte sucedió nada porque todo está en los díceres de la gente asustada, en los rumores que se apoderan de un pueblo, o lo que es lo mismo: Ven moros con tranchete por todas partes...
Y usted: ¿recuerda la última vez que por las calles de su pueblo se vieron “moros con tranchete”?
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