Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:12
A la caída del sol, es el instante de gran movimiento para las energías que acechan en espera de la oscuridad. A medida que la luz huye y la noche avanza, van creciendo las posibilidades de contactos con los entes que nos vigilan desde las sombra. Allí es el momento en que podemos hacer un espeluznante contacto con ellos; podemos escuchar sus voces arcanas, o podemos ser víctimas de bromas chocarreras como aquella que sucedió a cuatro anahuaquenses en tiempos ya lejanos y que, contados de boca en boca, han pasado a ser una leyenda más en esta tierra bendita por Dios.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:10
A propósito de un tema de reflexión sobre la responsabilidad, hay un dicho que pinta de pies a cabeza a los simuladores, a los que van por la vida “haciendo como que hacen…” y son sumamente infelices el día que de verdad tienen que ponerse a hacer. He conocido a mucha gente que buscan estar lejos de los puestos de responsabilidad porque eso les permite una vida relajada. Son inteligentes, y por lo mismo, saben vivir como parásitos cobrando puntualmente sin demostrar realmente a qué se dedican.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:09
La luna altera el agua de la tierra provocando las mareas y, como el cuerpo humano es setenta y cinco por ciento de agua, y animales, árboles y plantas en mayor o menor grado también contienen líquido, todos, como seres vivos que son, sufren la influencia del ciclo lunar. Esto ha sido el origen de muchas prácticas que rayan en la superstición aunque tengan un fundamento aparente.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:07
La nuez es el fruto del nogal, uno de los árboles más vistos por nuestra región. Los nogales, tal como los conocemos, son originarios de La India y del actual Irak. Fueron llevados a España en el Siglo I Antes de Cristo y llegaron a América con la conquista; aunque otro tipo muy pequeño de nuez era ya comida por los indios de América hace miles de años.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:06
En cuadros antiguos y películas que nos asoman a las costumbres y pintoresquismo del pasado, nos presentan una imagen que se nos hace rara: Un hombre vestido de charro o de chinaco, con una cobija al hombro.
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