Enviado por rafael olivares b el Mié, 03/03/2010 - 11:43
La primavera se acerca y tras el 14 de febrero, todo huele a amor... Así pues, en estos días de los enamorados, es el amor lo que nos ocupa. El amor: que no se pide, que no se suplica, que no se fuerza, que no se implora ni con gritos ni con lágrimas; porque cuando se da, se entrega generosamente y sin mucho razonamiento. El amor siempre niño que no aprende las lecciones que la vida le da, el amor siempre loco porque no entiende de razones.
Enviado por rafael olivares b el Lun, 02/15/2010 - 12:16
En la antigüedad, los gatos eran considerados sagrados e incluso, Bast, una diosa egipcia, tenía rematado su cuerpo con cabeza gatuna. Su habilidad para sobrevivir a cualquier asedio, los rodeó con la creencia de que tenía siete vidas, otros le atribuyeron nueve.
Enviado por rafael olivares b el Mar, 02/02/2010 - 16:37
Desde el principio de los tiempos, la magia fue la primera religión del hombre. Sus dioses fueron los seres de la naturaleza y la relación de fuerzas naturales era lo que definía, para ellos, el destino de los hombres. Primer propósito: dominar las fuerzas naturales para mejorar la vida del ser humano.
Enviado por rafael olivares b el Mié, 01/27/2010 - 15:03
Dentro de la cultura africana que se desarrolló en el Caribe y las costas oceánicas de América, se han dado nombres y términos que se repiten sin conocer sus significados. En canciones caribeñas se han popularizado palabras como Macumba, Yamayá, Changó, Muchilanga, Babaú, Mayombe, y otros más, algunos hasta han sido títulos de canciones o nombres de personajes. Por ejemplo: Amalia Batista, Amalia Mayombe, qué tiene esa negra, que amarra a los hombres...
Enviado por rafael olivares b el Lun, 01/18/2010 - 17:31
El Diablo existe en la tradición de todos los pueblos y hasta se ha convertido en un personaje folklórico con sus mil representaciones. El ícono, la imagen a la mexicana, es el personaje de cuerpo rojo, con cuernos, orejas puntiagudas, cuernos pequeños, cola terminada en punta de flecha, una pata de cabra y una de gallo. El Diablo es representado en la Pastorela mexicana –obra de teatro religioso y popular-, hasta con tintes humorísticos en su eterna lucha con San Miguel.
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