Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:55
Por todos los rincones del municipio de Anáhuac, Nuevo León, se dan encuentros con entes de lo desconocido. Los seres del Más Allá asoman a nuestro mundo para asolar las almas con su terrible presencia. El hombre, limitado en su conocimiento, jamás podrá explicar cada manifestación insólita y quedará confundido y lleno de miedo ante su encuentro con mundos fuera de toda comprensión humana. Prepárese a asomar a la historia, que como verídica, nos cuentan de la espantable aparición de...
EL TORO DIABLO
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:35
En esta chispeante y humorística sección, hoy nos ponemos solemnes –ojalá y podamos sostenernos...
Es creencia popular que nuestros muertos se convierten en espíritus protectores; que nos acompañan, que nos ayudan. Los santos, igual que los ángeles, quedaron cerca de Dios y pueden “meternos el hombro...” “ hacernos la balona...” recomendarnos con el Señor para que nos ayude.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:32
En este espacio, hablaremos también de otro tipo de superstición: las creencias acerca de la falda. Por barrios y colonias de todo México y de nuestro Norte también, se ha creído siempre que si aparece un doblado en la parte baja de la falda de la mujer, es señal de buena fortuna.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:31
Por nuestros campos es muy común ver una planta llamada diente de león. Es verde, pequeña, da flores amarillas y sus hojas son de orillas aserradas que forman como la puntiaguda dentadura de un felino; de allí viene el nombre: diente de león.
Enviado por rafael olivares b el Sáb, 09/12/2009 - 21:29
Recuerdo aquellos años cuando la mujer usaba rebozo para cubrir su cabeza. Las de clase media usaban el chal, pieza parecida en forma y uso pero generalmente de fino encaje. Las ricas procuraban el chal importado de filipinas y le llamaban el mantón de Manila. Estas prendas eran indispensables para la mujer como el sombrero para el hombre que -si era pobre-, la guaripa o sombrero de palma, si era de clase media, el sombrero de piel; los ricos usaban el sombrero importado de marca “Tardán” o el sombrero de Panamá.
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