Usos y desusos

En cuadros antiguos y películas que nos asoman a las costumbres y pintoresquismo del pasado, nos presentan una imagen que se nos hace rara: Un hombre vestido de charro o de chinaco, con una cobija al hombro.

José Fidencio de Jesús Constantino Shintora, nació en Valle de las Cuevas, cerca de Yuriría en el Estado de Guanajuato, el año de 1898. Sus padres fueron José Socorro Constantino y María Tránsito Shintora, y fue el hijo número 14 de 25 hermanos.

Rebozo, rebozo de Santa María. Mestizas que bailan llenas de alborozo... -Esta es una canción que nos pinta un cuadro ya desaparecido; aquellos tiempos cuando para el hombre era indispensable el sombrero, y para la mujer una prenda que le cubriera la cabeza y los hombros. El hombre sin sombrero no era hombre; y si lo usaba, sería un insulto mortal pedirle que lo prestara. La mujer sin rebozo o chal luciría como una mujer de mala vida.

En 1966, tras titularme, me vi sin trabajo. En ese tiempo era el gratuito instructor de la banda de guerra de los conscriptos, y un compañero me invitó a una extraña aventura: iríamos a “La Labor”, un pueblito de Guanajuato, a tocar con la banda en las fiestas de San Miguel. Yo aún no sabía que haría una banda de guerra en una fiesta religiosa, pero desempleado como estaba, no me caería mal una aventura.

Entre los trebejos que han pasado al sector del olvido, del desuso, hoy tenemos un trasto que antiguamente fue muy solicitado y ocupaba un discreto lugar bajo la cama. No, no hablamos del tapete, ni de las pantuflas, sino que nos referimos a la muy recordada...

BACINILLA