Enviado por rafael olivares b el Vie, 12/31/2010 - 21:41
En tiempos de fiestas, muchos dichos del pueblo se apuntan para la ocasión; uno de los más locales es la palabra mitotero: le gusta el mitote, es muy mitotero, y su origen está en las lenguas indígenas que le llamaban mitote a sus fiestas.
Enviado por rafael olivares b el Mié, 11/24/2010 - 22:16
El hombre es muy dado a meter bravatas entre los dichos del pueblo. Cuando una pelea queda pendiente porque no se consumó el enfrentamiento, el mexicano se retira triunfante con una última puya para picarle la cresta a su oponente: “¡Con miedo que me tengan, basta…!”
Enviado por rafael olivares b el Dom, 10/17/2010 - 09:29
Antiguamente, la mayoría de las muchachas difícilmente obtenían permiso para asistir a una fiesta que no fuera de invitación familiar. Se veía muy mal que anduvieran de baile en baile, y más si no iban acompañadas de sus padres o hermanos. Como los padres no siempre tenían interés en asistir, entonces invitaban a un hermano menor para que las llevara; si el muchacho no le gustaba porque no sabía ni bailar, ¡pues lo enseñaban...! La cosa era tener quien las llevara a los bailes.
Enviado por rafael olivares b el Vie, 08/27/2010 - 20:19
Ciertas temporadas, los municipios están siendo azotados por una epidemia que también se padece a nivel nacional: las campañas políticas.
Enviado por rafael olivares b el Mar, 08/03/2010 - 10:57
Es muy conocida la habilidad del pueblo mexicano para hablar con doble sentido. Muchas veces este doble sentido se quiere agotar en el albur callejero o en el humor vulgar que vemos en el cine y teatro más bajos. Pero el doble sentido consiste en lanzar palabras en una dirección cuando la audiencia sabe muy bien a quién van dirigidas; es como lanzar palabras al viento para que el que le caiga el saco, que se lo ponga... para ver quién se pica...
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